Antioquia es un mosaico de biodiversidad: ríos serpenteantes, montañas, páramos y costas que besan el Caribe. Esta riqueza natural es el escenario donde iniciativas como Biosuroeste florecen, representando el tipo de colaboraciones público-privadas que, al multiplicarse, prometen transformarnos en un departamento que coloca a la naturaleza en el centro de su progreso.
En Antioquia, más específicamente en la bioregión del Suroeste, la naturaleza, más que un telón de fondo es el eje central alrededor del cual gira el desarrollo intencionado. Allí, la regeneración y la innovación se entrelazan para propulsar el crecimiento económico que se traduce en el cuidado de la naturaleza.
Biosuroeste es una plataforma público-privada de desarrollo regenerativo que conecta turismo, recreación y cultura. Su propósito es promover la productividad y el buen vivir.
Son cerca de 600 hectáreas en la provincia de Cartama donde se impulsan iniciativas de incubación y desarrollo empresarial que benefician a la región como colectivo. «Biosuroeste es un modelo que sirve de ejemplo para otras iniciativas que deben multiplicarse en otras áreas de Antioquia y Colombia, que nos permita construir una ventaja competitiva a partir de nuestra naturaleza»
Potencial geoturístico Enfocado en la geología y los paisajes de una región que, además, integra aspectos de la cultura ancestral indígena, la historia y el medio ambiente.
Diverso como el universo El suroeste se encuentra en los Andes tropicales, el lugar más biodiverso del mundo, donde hay una cantidad de plantas, animales y múltiples ecosistemas como bosques húmedos tropicales y bosques de niebla.
Rico en aves La abundancia de aves convierte a esta región en un destino de naturaleza. Además, contribuyen al control de plagas y, junto con otros polinizadores y dispersores de semillas, aportan a la salud de nuestros sistemas alimentarios.
Riqueza ancestral El Suroeste tiene el potencial de convertirse en una región de interés arqueológico. En él hay ocho resguardos indígenas, además, está la concentración de petroglifos más grande de Colombia.
Un pedazo de los Andes tropicales Los Andes tropicales tienen corredores biológicos que posibilitan el flujo genético y la migración de especies. También permiten la regulación del clima regional y juegas un rol fundamental en el ciclo de carbono. Cuando estos bosques son saludables contribuyen a estabilizar los terrenos, mitigar los riesgos de desastres y proteger la infraestructura.
En el suroeste el agua vuela El agua abunda en el Suroeste de Antioquia por su ubicación en la Cordillera de los Andes y su proximidad con el Chocó biogeográfico, su clima húmedo y la presencia de ecosistemas que almacenan y regulan el agua; haciéndola disponible para el consumo y el desarrollo. Los ríos voladores son corrientes de aire cargadas de humedad que se desplazan a través de la atmósfera y que contribuyen a la abundancia hídrica de esta parte de Antioquia, trayendo humedad desde otras regiones.
Esta es una línea del tiempo del proyecto y la explicación de las características naturales con las que cohabita:
2013. Hay 600 hectáreas de tierra confiscadas al narcotráfico cerca a Támesis y Valparaíso. Los alcaldes de ambos municipios llaman al presidente de Proantioquia de ese entonces para preguntarle qué se le ocurre para darles uso colectivo a esos terrenos .
2013 - 2016. El reto: darle un uso colectivo que genere desarrollo regional. En 2013 inicia el proyecto con apoyo del Interamericano de Desarrollo (BID), Proantioquia y los municipios de Támesis y Valparaíso. En 2014 les entregan los predios a las alcaldías.
2016-2019. Se atraen socios para encarar el proyecto y se buscan alianzas. Se crea la Corporación Biosuroeste, conformada por: municipio de Támesis, Corporación Interactuar, municipio de Valparaíso, Fundación Aurelio Llano, Fundación Berta Arias, Fundación Proantioquia, Fundación Bancolombia, Fundación Julio C. Hernández y Comfama.
2019. Comfama lidera el proyecto hacia el turismo, la recreación y la cultura.
2019-2021. Acuerdan una visión común que se volvió el plan maestro para Biosuroeste.
2021. Comfama lidera su fase de aceleración con programas, servicios e infraestructura para impulsar el desarrollo rural regenerativo. Además, inicia el programa Conectores de progreso para fortalecer la economía de familias campesinas e inicia con 84 familias y 6 instituciones educativas en 7 veredas de los municipios de Támesis y Valparaíso.
2023. Creación de un Fondo de investigación con la Universidad Eafit para el desarrollo investigaciones alrededor de los retos productivos en la bioregión. De allí surge el Observatorio de Suelos y Ecosistemas del Suroeste Antioqueño (OSESA).
Futuro. Colaborar con los gobiernos nacional y locales, así como vincular más empresas alrededor de este modelo de desarrollo incluyente y regenerativo, que integre la ganadería regenerativa, la agroindustria sostenible, la agroecología, el turismo y más, para inspirar proyectos similares en Antioquia y Colombia.
Para ser una que Antioquia que cuida su riqueza natural.
Valentina Grisales Betancur es bióloga con énfasis en Conservación y Desarrollo Sostenible, de la universidad EAFIT. Conversamos con ella sobre los aspectos fundamentales para ser una Antioquia que cuida su vibrante naturaleza en relación con el desarrollo de la región.
¿Cuál es la conexión entre naturaleza y desarrollo? Esta conexión es vital. Por un lado, la biodiversidad es ese conjunto de elementos que generan un entramado complejo de relaciones y que nos permite entender la vida como la conocemos hoy, desde el aire que respiramos hasta los proyectos que se desarrollan en cada región.
En ese sentido, es importante entender el desarrollo en relación con la naturaleza como algo sostenible o regenerativo. Si no, no será desarrollo, porque de otra manera acabaríamos con la biodiversidad.
Entonces, no se trata de una competencia entre lo humano y la naturaleza, sino de reconocernos como especie animal que coexiste con otras.
¿Para qué nos sirven las formas en las que nos relacionamos con la naturaleza y el desarrollo? La naturaleza nos sirve para tener alimentos, construir una casa, tener insumos para generar medicinas y participar en actividades de recreación, espirituales y religiosas. Además, existen servicios ecosistémicos como: regulación hídrica, regulación del clima, aprovisionamiento de alimentos, abastecimiento de recursos, entre otros.
Pero la verdadera pregunta es, ¿cómo puedo obtener esas cosas sin dañar la capacidad de la biodiversidad para sostener la vida mía, la de los demás y otras formas de vida, sin necesidad de estropear las existentes?
No se trata de tomar lo que nos sirve, sino de entender que hacemos parte de ese ecosistema y coexistimos junto con otras especies.
¿En qué iniciativas, alianzas o proyectos ya existentes debemos enfocarnos para que a futuro seamos un departamento que reconoce la conexión y la contribución vital de la biodiversidad con el desarrollo? La naturaleza y los proyectos en biodiversidad en Colombia son como un tapete persa, si uno jala de un hilo todo se desarrolla.
Entonces no se trata solo de Antioquia, sino de todos los departamentos, porque de otra forma sería muy difícil sobrevivir como especie o lograr un desarrollo sostenible o regenerativo.
Además, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda al 2023, ha tenido logros en diferentes sectores y lugares políticos, empresariales y de la sociedad civil; por ejemplo, que consigamos hablar el mismo idioma y fijarnos en los planes de gobiernos, medir y llevar la conversación a lugares mucho más locales, reservas naturales, movimientos sociales y mesas ambientales.
#UnaAntioquia reconectada con el valor sagrado de la naturaleza
¿Qué otros modelos de desarrollo centrados en el cuidado y restauración de la naturaleza?
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