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«Somos un todo con lo que nos rodea», dice la artista Luz Lizarazo. Quien, para comprenderlo, recorrió un largo camino que hoy desemboca en acciones sencillas y cotidianas con las que le aporta, desde su lugar en el mundo, a la mitigación de nuestra crisis ambiental.

El protagonista de esta historia es un escarabajo, pero todavía no hablaré de él. Empezaré diciendo que eran las 9:16 de la mañana de un jueves cualquiera de 2024 cuando Luz Lizarazo dibujaba en su estudio y se detuvo para contestar mi llamada. En su mesa había trazos de un escenario en donde plantas, astros y animales convivían en medio de su propio orden natural; eran dibujos para su siguiente proyecto artístico.

Su obra explora los diferentes reinos (animal, vegetal, funji…) e incluso es recurrente la asociación entre el cuerpo femenino y el cuerpo animal, pues para ella este híbrido hace parte de las conexiones infinitas entre el ser humano y el resto de los animales. Pero no siempre ha pensado así.

Ahora sí, volvamos al escarabajo. En 2014, en medio de una meditación dirigida, cuando Luz se formaba para ser profesora de Kundalini Yoga, sintió la fuerte presencia de este animal que puede medir apenas dos centímetros. «Lo sentí sobre mi cuerpo y tuve una conexión tremenda con él en todos los sentidos: lo percibía físicamente sobre mí, sentía su respiración, pero también entendí el mensaje espiritual que quería transmitirme», relata.

Desde entonces, investigó y se encontró con dos cualidades fundamentales del escarabajo: su determinación y el sentido simbólico de ser el animal de la transformación.

Esta sensación física y espiritual, años después, la relacionó con lo vivido tras el proceso de duelo por la muerte de su segunda hija. Fue este hecho, su dolor, sus búsquedas y todos los caminos que emprendió desde entonces, los que la llevaron a agachar su cabeza, abrirse a otros universos, a la necesidad de conectarse con la «esencia de la vida» y a reconocer, como dice, que «somos uno con la naturaleza».

Desde entonces, su vida ha sido otra. No solo en lo espiritual, también en lo material. Cuida lo que come, lo que consume, lo que habla. Sabe, por ejemplo, que la palabra enaltece o destruye y que tenemos un papel clave frente al respeto y la conservación de las otras vidas.

Esa forma de ver el mundo se vincula por completo con sus acciones que ayudan a mitigar la emergencia climática del planeta. Siembra parte de su alimento, cuida sus plantas, cuida el agua y la reutiliza, es respetuosa con los animales, separa sus residuos y educa a sus hijas desde la sensibilidad y el respeto por todo lo que les rodea.

«Yo creo que todo lo que hagamos desde nuestro pequeño lugar, impacta al mundo. Un objeto que se mueve en un lugar tiene un efecto en otro espacio del universo, todo lo que hacemos puede ser transformador».

Animales de poder: Al investigar sobre los mensajes espirituales y la sabiduría que tienen los animales, Luz Lizarazo creó su obra Animales de poder, una serie de dibujos en la que reflexiona cómo la cultura y religión nos ha separado de nuestros instintos animales y cómo volver a pensarnos como parte de lo mismo nos hace seres más complejos y completos.

Reconciliarnos con la naturaleza, es un primer paso para #SanarElPlaneta

¿Cómo cuidas y respetas todo lo vivo que te rodea?

Etiquetas:

cambio climáticoLuz LizarazoEscarabajofamiliaanimales de poder
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