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¿Por qué algunas personas progresan y otras no? Entrevistamos a Jonathan Echeverri, experto en economía conductual y profesor de la Universidad Eafit, quien nos da pistas para entender qué pasa en la mente de aquellos que aprovechan lo que tienen para avanzar.

¿Los   humanos   estamos   diseñados  para  querer mejorar o progresar  siempre?

Biológicamente estamos diseñados para sobrevivir, pero lo que nos diferencia de otros animales es que nos enfocamos en la supervivencia con bienestar. Por ejemplo, estamos predispuestos a desear y buscar algo que se conecte con nuestras vidas de alguna forma. En algunos contextos, el progreso puede asociarse con tener cosas, pero también es posible progresar cuando se toman decisiones libres y en línea con la forma de vida deseada.

 

¿De qué depende que una persona progrese?

Según Carol Dweck, psicóloga e investigadora de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, los seres humanos tenemos una actitud mental para el éxito. Es decir, una mentalidad que puede determinar el progreso a lo largo de la vida. Esa actitud es el resultado de las decisiones que tomamos a cada instante y de las relaciones interpersonales que construimos.  

Pero, el progreso no depende solo de la mentalidad, también del contexto en el que vivimos. Por ejemplo, hay personas con una mentalidad de autonomía que no se quedan de brazos cruzados en contextos difíciles o de escasez y en la oportunidad logran imaginar y crear otros escenarios posibles.  

 

¿Por qué las personas deciden ir hacia adelante y no estancarse ante la falta de oportunidades?

Los rasgos de personalidad y el contexto de aprendizaje en el que nos desarrollamos; tienen fuerza, pero no determinan el futuro de una persona. La clave está en el locus de control, es decir, el nivel de responsabilidad que asumimos sobre los acontecimientos de la vida cotidiana. Hay personas que sitúan su responsabilidad en el contexto de manera fatalista y hay otras que se hacen cargo. 

¿Podemos entonces cambiar nuestra forma de pensar?

Para cambiar nuestra mentalidad es importante entender que nuestros pensamientos y emociones no nos definen o constituyen nuestra identidad. En el cerebro hay movimiento, las neuronas se comparten información todo el tiempo y ese movimiento puede ser intencionado, pero requiere entrenamiento. Si uno quiere cambiar su manera de pensar tiene que entrenarse con, por ejemplo, ejercicios espirituales, actividad física o de ocio. 

En  la  medida  en  que  el  cuerpo  experimenta cambios, el cerebro también es maleable y hace más conexiones neuronales. Cuando desarrollamos un nueva mentalidad, esas conexiones se modifican y fortalecen si le damos continuidad a esa práctica.

#ElProgresoEs una forma de pensar

Dice la ciencia: cualquiera puede adoptar una mentalidad de crecimiento y hacer posible lo imposible. Fuente: Mindset, de la psicóloga americana Carol Dweck. ¿Cómo te hiciste cargo la última vez que sentiste el riesgo de estancarte?

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