Para finales de la década del 90 e inicios del 2000 la industria textil se sacudió en el ámbito global. Empresarios de Enka, en Antioquia, vieron en el miedo y el caos la oportunidad de reinventarse
Enka es una empresa dedicada a la fabricación y comercialización de polímeros y fibras sintéticas, fundada en 1964 por el grupo holandés AkzoNobel e importantes compañías textileras de Colombia.
Estaba entre las principales empresas de Colombia hasta que, a finales de la década de los 90, estalló la crisis económica que afectó la industria textil de nuestro país y del mundo.
China se posicionaba como el mayor productor de telas y, a pesar de que las mayores economías impusieron medidas para que no se vendiera a un precio inferior y proteger sus mercados, Colombia tardó en implementarlas y esto afectó la industria nacional.
Para 2002, el endeudamiento de Enka igualaba la cifra de ventas. La crisis escaló tanto que tuvieron que acogerse a la Ley de insolvencia empresarial, que permite reorganizar la empresa y refinanciar deudas.
«Fue un golpe muy duro», acepta Jorge López de Mesa, vicepresidente de ventas. De estar en la cumbre del éxito, pasaron a atravesar las peores dificultades.
La Ley fue un salvavidas, pero el camino a la reorganización, un trabajo laborioso. Tuvieron que disminuir costos y cerrar una de sus plantas más importantes, en la que eran líderes en el mercado.
Pese a lo que ocurría, para los dueños de Enka era impensable cerrar y perder todo el tiempo, los esfuerzos y las posibilidades que ofrecían para los empleados y sus familias. Debían reenfocarse para seguir adelante.
Se dieron cuenta de que no podían competir con los precios en sus mercados tradicionales. Lo que antes había sido rentable, hoy no era una opción.
Durante años de estudio, análisis de mercados y de procesos, buscaron el “cómo reinventarse”. Finalmente, encontraron una alternativa: es posible fabricar polímeros y fibras textiles con botellas PET recicladas.
La materia prima es un problema para los ecosistemas pero acá podría ser la solución para que 100.000 personas que trabajan en el reciclaje, tuvieran una fuente de empleo.
Así encontraron, en la problemática ambiental del plástico, una alternativa.
Resinas de PET para producir nuevamente envases; filamentos para elaborar prendas deportivas y vestidos de baño; fibras para fabricar geotextiles y ropa de hogar, son algunos de los productos que Enka ofrece al mercado gracias al reciclaje. 19 años les tomó finalizar el acuerdo de reestructuración empresarial que firmaron en 2002, hoy la empresa es reconocida como uno de los referentes mundiales en el reciclaje de PET.
Enka renació al decidir no quedarse quieta, enfrentar con humildad y valentía la crisis para encontrar un nuevo camino con esperanza y realismo. Lo que es hoy, se debe en gran medida a la determinación de sus directivos y al hecho de identificar oportunidades que traen consigo las crisis.
Seis millones de botellas PET reciclan cada día, con esto, convierten lo ordinario en extraordinario para seguir avanzando.
#ElProgresoEs reorientar el camino cada vez que sea necesario y nunca detenerse
Dice la ciencia: la mentalidad fija ve los fracasos como desastres; la mentalidad de crecimiento los ve como oportunidades. Fuente: Mindset, de la psicóloga americana Carol Dweck. ¿Cómo fue la crisis que te hizo adueñarte de tu presente y tu futuro?
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