En Medellín sí se hacen videojuegos

Cuando tenía 7 años me despertaba temprano los sábados a ver las caricaturas que pasaban en la mañana, corría a la sala a encender la televisión y sumergirme en esos universos y aventuras de los personajes que admiraba y como los que quería ser de grande.

Por ese entonces, fui de visita con mis padres a casa de una tía y uno de mis primos me llevó a una tienda que quedaba en la esquina de su casa, quería mostrarme algo que él llamaba «maquinitas», donde jugaba «Mario Bros». Lo que vi allí, cambió mi vida para siempre, ahora no solo podía ver las historias de mis personajes, sino también hacer parte de sus aventuras, ayudándoles a saltar, esquivar, e incluso rescatar a sus amigos y salvar sus mundos. Esa es la historia de quien escribe este texto, tal vez por eso se emocionó cuando le pidieron conversar con PolygonUs.

Algo parecido vivieron César Correa y José Cardona. Ellos crecieron soñando con crear videojuegos en Medellín, una ciudad donde no se hacían videojuegos. No les importó esa realidad, aprendieron a diseñar y a animar, se asociaron y fundaron un estudio de arte digital llamado PolygonUs.

Emprendieron sin clientes y sin portafolio, pero con dos certezas: sabían lo que hacían y sabían que lo hacían bien. Con ese talento y disciplina empezaron a obtener contratos en plataformas internacionales para creativos y desarrolladores.

Se enfocaron en diseños 3D para animaciones y marketing, mientras los años y los proyectos demostraban que en el mundo del diseño de arte hay una regla: la calidad y el tamaño de los productos son directamente proporcionales a la cantidad de gente buena que se pueda contratar.

Lo vivieron cuando un día dejaron pasar la oportunidad de desarrollar un proyecto de seis cifras en dólares porque necesitaban tener alrededor de 300 empleados y ellos solo eran 70. Por esa situación, decidieron fundar su propia academia para que no les sucediera nuevamente.

A PolygonUs el mercado lo buscó, el ‘voz a voz’ y los buenos resultados hicieron que cada vez les encargaran retos más grandes; al fin estaban en el terreno de los ansiados videojuegos.

En el mundo del gaming* hay una jerarquía para determinar la calidad, los juegos AAA son los más espectaculares y con presupuestos multimillonarios; los AA, videojuegos con un presupuesto decente y de muy buena calidad; y los Indie, que son desarrollados con presupuestos y pequeños equipos creativos, además son producidos de forma independiente.

En un AAA debe coordinarse el trabajo de cientos de personas, con una perfecta coherencia visual y estética, además de funcionar correctamente a nivel de programación y gameplay. Adicionalmente, debido a los altas inversiones, las oportunidades provienen de mercados internacionales; por esta razón, en toda su historia, PolygonUs solo ha trabajado dos veces con clientes colombianos.

¿Podrían conseguir más clientes si se trasladaran al exterior? Probablemente sí, pero no quieren. Como propósito empresarial buscan eliminar el mito de que si una persona es muy buena en algo tiene que irse del país. Prefieren aprovechar las bondades culturales y geográficas de Medellín, donde descubrieron la alta capacidad de las personas para trabajar en equipo y a donde llegan muchos de los negocios que el mercado ya no puede recibir por la alta demanda, como es el caso de la sobredemanda en México.

En PolygonUs trabajan bien para cobrar bien y mejorar las condiciones laborales de sus empleados; también para formarlos, poder aceptar cada vez mayores retos y afrontarlos en equipo con otras empresas locales, cuando sea necesario unir fuerzas. En Medellín sí se hacen videojuegos y son AAA.

Lo que PolygonUs le diría a quien inicia una empresa creativa:

• Es más importante la capacidad de la gente de trabajar en equipo que su talento técnico.

• Uno debe conocer sus límites y tratar de expandirlos con cada proyecto.